Selección de algunos poemas, puedes encontrar más en archivo del blog, ahí los he ido subiendo desde que empezé con el mismo.
Llenaba la Luna
Llenaba la luna tanto
que se veía el suspirar
y todo en plata era su canto.
Tanto llenaba la luna
que las callejas no se acuestan
y la oscuridad sale a contemplar su manto
La meta
Cuando creas que te toque
La luz como la voz, guían
La ignorancia como el ruido, clausuran
El hacer como Junio, despejan
El adiós como la lluvia, deslizan.
Nos toca orquestar a veces, si salir o quedarnos quietos
o saltar a otra baldosa cuando creas que te toque.
La arrogancia como la magdalena llenan,
Las rodillas como la intriga doblan.
Las estatuas como la flor esperan.
El regreso como el ambiente se enrarecen.
También en condiciones normales, las coincidencias
se pueden condecorar ellas mismas.
Los labios como el recuerdo, se humedecen.
Rincones
La fragmentación
Gris claro
Abuhardillado
Estoy abuhardillado, pienso bastante
y me acabo dando en la cabeza,
por lo que no puedo pasear demasiado
y éstos espíritus ya me lo han contado todo.
Pero si crees que tienes intención de claraboya
por favor llámame.
Ríete tu
A mi edad hay cosas que me encanta
seguir trabajando día a día,
una es la serenidad y otra es la diferencia.
Porque el pasaporte hacia la libertad
lo tiene la confianza y reírse de uno mismo
solo para reírse de uno mismo.
Si no fuese así por las mañanas
tiritaría de envidia hasta ponerme azul
y luego lloraría sal.
Cuando alguien reside en el país de nunca jamás,
nunca jamás vuelve a ser el mismo.
Llenaba la Luna
Llenaba la luna tanto
que se veía el suspirar
y todo en plata era su canto.
Tanto llenaba la luna
que las callejas no se acuestan
y la oscuridad sale a contemplar su manto
Estación de una parada.
Eran las diez de la mañana y lo eran de cualquier mañana.
Era la estación de una parada
cualquier estación
una sola parada.
La alarma cede al tiempo los vagones ceden a la alarma
“Antes de entrar dejen salir”
Para salir cedemos a la mañana.
Los vagones cuentan con las personas
las personas se cuentan por vagones, el trajín se cuenta por estaciones
llenos de gente viajando a solas.
El túnel inunda sus curvas, curvas son a las rectas acercamientos
en silencio miramos a las personas
como piensan, y piensan para adentro.
Un plano lleno de planes
unos ojos llenos de destinos
se apura el transito somnoliento
ciudad,
gotas de personas como río.
Hay lecturas que toman al viajante
hay lecturas que desnudan las caras
hay viajantes exentos de aventura
y hay ternuras con forma de mañana.
Agarrar atento al movimiento
o suerte con viaje y asiento
disculpa breve y escapas del tren
sonriendo a la vida entre coche y anden
Era la estación de una parada
cualquier estación una sola parada
Eran las diez de la mañana
y lo eran de cualquier mañana.
La meta
Se nos convierten las metas a veces en desfiles de atardeceres,
que claman de ser contemplados, en cinturas que agarrar,
y en pechos sobre los que apoyarse.
Y se nos convierten en brazaletes y en collares,
en sombras y en ventanas.
La meta no es mas lejana o cercana, que cualquier otro tipo de
belleza,
entonces trataremos de permanecer erguidos y sonrientes,
como
un girasol.
La meta solo es el camino, en forma de tiempo.
La luz como la voz, guían
La ignorancia como el ruido, clausuran
El hacer como Junio, despejan
El adiós como la lluvia, deslizan.
Nos toca orquestar a veces, si salir o quedarnos quietos
o saltar a otra baldosa cuando creas que te toque.
La arrogancia como la magdalena llenan,
Las rodillas como la intriga doblan.
Las estatuas como la flor esperan.
El regreso como el ambiente se enrarecen.
También en condiciones normales, las coincidencias
se pueden condecorar ellas mismas.
Los labios como el recuerdo, se humedecen.
Sobre todo por el día
Los cristales escuchan, sobre todo por el día..
Por el día la gente se acerca a ellos
para ver el alba,
la lluvia, la nada o la vecina.
Pegamos nuestras pieles y ellos sienten lo ilusorios
que somos, escuchan nuestras hogueras internas,
y caer nuestra nieve.
No se convencen ellos de que a veces, nos agrietamos
de pena y les dejamos pegados cordeles de lágrimas.
Y sin que nadie mire les echamos vaho, donde escribimos
nombres, corazones o deseos.
La gente abre las ventanas, pero cierra sus vidas.
Los cristales escuchan, sobre todo por el día..
Rincones
Aquel rincón, aquella calle,
aquello de la pasión.
La tarde que se retira,
la inquietud de la saliva,
es imposible comprender porque las lenguas siguen
haciendo círculos.
Aquellos abrazos densos como la madreselva
y curiosos
como los vecinos.
El viento que se ofrece como un escalón
para llevarnos a la
casa a rendirnos,
a ofrecernos.
Cuando convertimos la pasión en diaria.
Cuando convertimos la luz en callada.
La fragmentación
Porque hasta la fragmentación tiene su propia fragancia,
la rotura igual que su sonido tiene su perfume, éste es
intenso y suave.
La fragmentación nos puede absorber hacia uno de sus
satélites fragmentados,
y nosotros dejarnos llevar por su aparente terciopelo.
La felicidad a veces, solo puede aparecer en esa forma,
con la rapidez de una media vuelta, o con la magia
de un hechizo.
Pero el tiempo lo confirma y acaba en fragmento.
Ello no debería importarnos siendo lo que es en si la felicidad:
Equilibrio.
Pero algo se nos atraganta, es ésa rotura que se
desconoce y por eso se teme.
Hemos de entender que al despedazarse, algo también
se libera.
Los
días claros son la referencia de los días grises,
y
de los nubosos días
y de cuando no es de día.
Le
concedimos al día claro
la verdad de su claridad,
la
referencia del empiece y de la sonrisa.
Y
es cierto que a veces los días claros están lejos,
y
solamente se puede sonreír por dentro.
Aunque
sea por dentro
hay que sonreírle a los días de lluvia,
la lluvia que suena y
moja,
que
nos hace quedarnos quietos en los cristales,
pensar
y
seguir pensando.
Los
días claros se esperan,
se pasean, se nadan, se juegan,
se
aman, se ríen,
aunque todos los días todos,
son
igual de agradecidos
o deberían de serlo.
Fechado en…
Las fechas son solo tránsitos,
y los tránsitos son solo instantes aglutinados,
ordenados o no.
Algunos tránsitos llevan fecha,
otros decidieron perderla,
por el peso de la misma.
Hay tránsitos con acuse de recibo,
como la hora de entrada, la hora de salida,
las horas lectivas, las horas extras,
las horas no mencionadas,
las horas asumidas o las horas entregadas.
Porque hay fechas que solo son
sensaciones térmicas,
pero que acceden a la virtud del recuerdo,
sea este, frío o cálido.
Somos tránsito recolectores de fechas,
con o sin agenda,
donde mas que la exactitud de esa fecha,
nos dimensionará mas la redención pasional
a la entrega de la misma.
Espejos
Los
espejos nos miran inmóviles
pero
tienen los labios mojados
porque nos desean.
Aseguran
que no nos vigilan,
aseguran que no espían,
aseguran,
que solo se rinden ante nosotros.
Los
espejos tienen la misma ignorancia
y la misma curiosidad,
que quien inicia un
camino.
Son
voz, son oído, son olfato.
Transportan
la certidumbre del reflejo,
y de día o de noche
siempre
contestan.
Son
llanos como la meseta,
y por eso no pueden llevar
una
doble vida.
Los
espejos son presente,
por eso tienen la mirada limpia,
de
tanto llorar.
Como ráfagas
La
claridad también es un perfil,
y
la oscuridad es una evidencia.
La
gloria suele ser secreta
y
el rumor semidesnudo.
Las
conversaciones me irrumpen como ráfagas,
se
agolpan sin resquicios,
en
los cristales de la monotonía.
Y
parece entonces que la planicie,
se
difundiera sola,
y
que se me olvidara medir distancias.
Los
objetivos nos acechan, pero calman.
Los
instantes, ¿De que están rodeados los instantes?
Los
arcos y las aristas siempre se llevaron bien.
El
horizonte, ¿Es un héroe o un mito?
Hay
una línea imaginaria desequilibrada..
¿Desequilibrada
para quién?
Por
eso cuando la cumbre se besa con el viento,
solo
podemos guardar silencio.
Abuhardillado
Estoy abuhardillado, pienso bastante
y me acabo dando en la cabeza,
por lo que no puedo pasear demasiado
y éstos espíritus ya me lo han contado todo.
Pero si crees que tienes intención de claraboya
por favor llámame.
Ríete tu
A mi edad hay cosas que me encanta
seguir trabajando día a día,
una es la serenidad y otra es la diferencia.
Porque el pasaporte hacia la libertad
lo tiene la confianza y reírse de uno mismo
solo para reírse de uno mismo.
Si no fuese así por las mañanas
tiritaría de envidia hasta ponerme azul
y luego lloraría sal.
Cuando alguien reside en el país de nunca jamás,
nunca jamás vuelve a ser el mismo.
Paredes
Y si la pared dice que no los vio, es que no los vio.
La paredes nunca cierran los ojos
por eso se les acusa de vigilantes.
Y es que claro las paredes oyen pero no dictaminan,
se limitan a ser paredes.
Las paredes se quedan con el amor de los hogares
por eso no se caen.
Incluso la mayoría después de los bombardeos,
la gran mayoría, tienen ganas de ser levantadas,
aunque para ello tengan que volver a ver
y escuchar de nuevo continuamente.
Las paredes más tristes
son siempre las de las oficinas,
esas por lo general siempre tienen frío.
Y las más alegres son las de las guarderías.
Las paredes suelen ser bastante estables,
ellas opinan y seguramente van a tener razón,
somos nosotros mismos
quienes las construimos los inestables.
Solamente ceden para darle la razón
al viento y al agua, y no discutir.
A veces las paredes ,
el típico grupo de cuatro amigas,
le cogen especial cariño
a las personas que se tiran días y años
entretenidas con eso que llaman libros.
Después se acaban convirtiendo,
en una pequeña familia.
Hoy se han llevado detenido a unos chicos,
que dicen pasaron por allí, por aquella zona.
No fue así,
no saben escuchar a las paredes,
ni a ellos mismos,
ni a nadie.
Por allí no pasaron.
Y si la pared dice que no los vio, es que no los vio.
El miedo
El miedo busca los cuerpos
como el reflejo busca la arena,
no existe si no hay donde posarlo
no se arroja porque es cobarde.
Espera un golpe de viento
el que tu confianza deshace
sutil, tanto que no podrás acordarte.
El miedo es tan insaciable
que al amanecer lo vuelve frágil
comprando sueños estancados
enfriando la conversación y la cena.
Si le das la mano a su afán
no habrá columpio que te sonría
porque estarás jugando
con el hijo de la muerte.
Jugando
Se quiebra el adulto y cae golpeado por su angustia,
buscando un saliente donde asirse a la pasión.
Moldeado por algún modelo que nunca soñó,
donde perdió la vida.
¿ Porqué de que vale vivir si estás muerto?
El niño y la niña juegan a ser niños,
y si nadie les pregunta seguirán jugando
a la verdad de ser niños.
Algún adulto predijo el desastre y quedó,
como pudo, jugando a dos bandas.
Otros intuyeron la tragedia y se negaron a crecer.
Nada ni nadie les pudo moldear.
Antes o después encuentran
un jardín de infancia para adultos
y seguir jugando así
un jardín de infancia para adultos
y seguir jugando así
a la verdad de ser niños.
Apocalipsis
Cuando me asomo a la vida
temo que no haya nadie
y que nadie me escuche
cuando le grite a la calle.
Que llore sangre mi pecho
y mis rodillas se partan de rabia.
Que duerman mis vecinos
porque los calló la espada.
Que los fragmentos que se recuerden
sean de gigantes y de vergüenza,
del pópulo su prudencia
y la ira que lo gobierna.
Cuando me asomo a la vida
temo que no haya nadie
solo jinetes de luto
cabalgando las calles.
El hombre silencioso
El hombre silencioso habla a través de sus perfiles,
ellos le sacan de la fatiga en las fiestas mundanas.
Cuando toma café, lo saborea mientras pasea
por el borde de la taza.
El hombre silencioso nunca, nunca contó las escaleras.
Suele abrir los libros y cerrar las ventanas.
Su silencio a veces incomoda porque suele desvelar secretos.
En sus rutinarias caminatas
a veces encuentra un banco donde sentarse
a veces encuentra un banco donde sentarse
al lado de alguien con su mismo silencio.
Admite sentir el tiempo dentro de su hablar quieto
y confiesa,
que al dormir conversa largar horascon algún elegido.
Guarda y entrega sus labios para la insistencia
de quien quiere conocer el brillo de su arcoíris.
Conocedor éste del hola y aprendiz del adiós.
Conocedor éste del hola y aprendiz del adiós.
El callado hombre unas noches atento escucha los grillos,
otras noches escucha el mar,
dependiendo lo que halla que preguntar.
otras noches escucha el mar,
dependiendo lo que halla que preguntar.
El hombre y su silencio, están fuera y están dentro.
Se agita eficaz como redacta un cielo.
El Espanto
Rechinan los errores cuando no pueden dormir,
y cuando no pueden seguir se muerden las manos.
Se que cuando tiembla el pasado los rostros se mueven
y las lágrimas son trompetas al apretar los dientes.
y las lágrimas son trompetas al apretar los dientes.
Y que el espanto tiene la voz de la herida
donde la gente muere y se va sin despedidas,
donde la gente muere y se va sin despedidas,
Hay veces que soy un rincón
y aún así el suelo me rehúye
y aún así el suelo me rehúye
pero yo confío, he de confiar
y me hablo en voz baja como los cementerios.
y me hablo en voz baja como los cementerios.
Se me eriza el alma
y se me quedan ciegos los versos,
porque por mas que sueñe el poeta
también le crujen los huesos
y se le agria la entraña.
y se le agria la entraña.
Desecho
El desecho vuela libre, vuela alegre y sombrío.
No se esconde porque es llano y absoluto.
Es pluma que asciende, es melodía de lo extinto.
No se esconde solo reposa,
el desecho ni siquiera late,
el desecho ni siquiera late,
ni siquiera oscila.
Se enfrenta a la paz del trabajo hecho.
Vive en descanso, vive nítido.
Ya no existe la codicia por la puja,
pasea sin tiempo,
pasea sin tiempo,
agradeciendo al olvido,
su hermosura.
su hermosura.
Polluelos
Pálido como una abreviatura y solitario como una coma
busco consuelo en el papel mientras me suenan las tripas.
He de ayunar información para tener la vista sana
y la piel inocente, aunque para media mañana
ya me habrán escupido sangre los párpados.
Por el que hacer del que dirán se buscan conceptos
donde solo hay valores muertos.
La verdad con pliegues es un sorbo de arena
en el pico de un polluelo, si la verdad no se estira
él no dejará de piar.
La brisa tapiza la tarde al tiempo que la sobreinformación
alarga su sombra por los edificios hasta meterse por las ventanas.
Mientras las personas se miran risueñas sin saber que hacer.
Traspapelado
A veces existen días en los que se traspapela el presente,
pasa continuamente y cada hora.
pasa continuamente y cada hora.
Escurridizos e inmaleables se vuelven
los presentes de Indicativo
cuando te paras y les das tu tiempo
a ver que es lo que indican.
a ver que es lo que indican.
Justo entonces el rojo pasa a verde,
el semáforo se abre y te conviertes
en pasado perfecto,
imperfecto, pluscuamperfecto.
Dando ya lo mismo ser regular o irregular, eres pasado.
el semáforo se abre y te conviertes
en pasado perfecto,
imperfecto, pluscuamperfecto.
Dando ya lo mismo ser regular o irregular, eres pasado.
Entregas todo tu tiempo verbal, corporal o espiritual
a buscar, a sentir el presente y su indicativo.
a buscar, a sentir el presente y su indicativo.
Pero los condicionales se vuelven imperativos,
y los subjuntivos aprovechando su naturaleza de posibilidad
se convierten en vaho.
se convierten en vaho.
Lo cierto es que en esos días,
en los que se traspapela el presente
también se desconjugan las semanas
en los que se traspapela el presente
también se desconjugan las semanas
y acabamos el mes siendo terceras personas.
Esto, ya no es lo que era.