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POEMAS


Selección de algunos poemas, puedes encontrar más en archivo del blog, ahí los he ido subiendo desde que empezé con el mismo.




Llenaba la Luna 


Llenaba la luna tanto
que se veía el suspirar 

y todo en plata era su canto.

Tanto llenaba la luna
que las callejas no se acuestan
y la oscuridad sale a contemplar su manto



Estación de una parada.


Eran las diez de la mañana y lo eran de cualquier mañana.

Era la estación de una parada cualquier estación
una sola parada.


La alarma cede al tiempo los vagones ceden a la alarma “Antes de entrar dejen salir” Para salir cedemos a la mañana.


Los vagones cuentan con las personas las personas se cuentan por vagones, el trajín se cuenta por estaciones llenos de gente viajando a solas.


El túnel inunda sus curvas, curvas son a las rectas acercamientos en silencio miramos a las personas como piensan, y piensan para adentro.



Un plano lleno de planes
unos ojos llenos de destinos
se apura el transito somnoliento ciudad,
gotas de personas como río.




Hay lecturas que toman al viajante 
hay lecturas que desnudan las caras 
hay viajantes exentos de aventura
y hay ternuras con forma de mañana.



Agarrar atento al movimiento
o suerte con viaje y asiento
disculpa breve y escapas del tren
sonriendo a la vida entre coche y anden


Era la estación de una parada 
cualquier estación una sola parada

Eran las diez de la mañana
y lo eran de cualquier mañana.





La meta

Se nos convierten las metas a veces en desfiles de atardeceres,
que claman de ser contemplados, en cinturas que agarrar,
y en pechos sobre los que apoyarse.

Y se nos convierten en brazaletes y en collares, 
en sombras y en ventanas.


La meta no es mas lejana o cercana, que cualquier otro tipo de belleza,
entonces trataremos de permanecer erguidos y sonrientes, 
como un girasol.


La meta solo es el camino, en forma de tiempo.





Cuando creas que te toque

La luz como la voz, guían
La ignorancia como el ruido, clausuran 
El hacer como Junio, despejan
El adiós como la lluvia, deslizan.

Nos toca orquestar a veces, si salir o quedarnos quietos
 o saltar a otra baldosa cuando creas que te toque.

La arrogancia como la magdalena llenan, 
Las rodillas como la intriga doblan.
Las estatuas como la flor esperan.
El regreso como el ambiente se enrarecen.


También en condiciones normales, las coincidencias 
se pueden condecorar ellas mismas.

Los labios como el recuerdo, se humedecen.




Sobre todo por el día

Los cristales escuchan, sobre todo por el día..

Por el día la gente se acerca a ellos 
para ver el alba, la lluvia, la nada o la vecina.

Pegamos nuestras pieles y ellos sienten lo ilusorios que somos, escuchan nuestras hogueras internas, y caer nuestra nieve.

No se convencen ellos de que a veces, nos agrietamos de pena y les dejamos pegados cordeles de lágrimas.

Y sin que nadie mire les echamos vaho, donde escribimos nombres, corazones o deseos.

La gente abre las ventanas, pero cierra sus vidas. Los cristales escuchan, sobre todo por el día.. 





Rincones


Aquel rincón, aquella calle,
aquello de la pasión.

La tarde que se retira
la inquietud de la saliva,
es imposible comprender porque las lenguas siguen haciendo círculos.

Aquellos abrazos densos como la madreselva
y curiosos como los vecinos.

El viento que se ofrece como un escalón
para llevarnos a la casa a rendirnos, 
a ofrecernos.

Cuando convertimos la pasión en diaria. Cuando convertimos la luz en callada.






La fragmentación

Porque hasta la fragmentación tiene su propia fragancia, la rotura igual que su sonido tiene su perfume, éste es intenso y suave.


La fragmentación nos puede absorber hacia uno de sus satélites fragmentados,
y nosotros dejarnos llevar por su aparente terciopelo.



La felicidad a veces, solo puede aparecer en esa forma, con la rapidez de una media vuelta, o con la magia
de un hechizo.

Pero el tiempo lo confirma y acaba en fragmento.



Ello no debería importarnos siendo lo que es en si la felicidad: Equilibrio.

Pero algo se nos atraganta, es ésa rotura que se desconoce y por eso se teme.


Hemos de entender que al despedazarse, algo también se libera.



Gris claro

Los días claros son la referencia de los días grises,
y de los nubosos días
 y de cuando no es de día.

Le concedimos al día claro
 la verdad de su claridad,
la referencia del empiece y de la sonrisa.

Y es cierto que a veces los días claros están lejos,
y solamente se puede sonreír por dentro.
Aunque sea por dentro 
hay que sonreírle a los días de lluvia,
 la lluvia que suena y moja,
que nos hace quedarnos quietos en los cristales,
 pensar
y seguir pensando.

Los días claros se esperan, 
se pasean, se nadan, se juegan,
se aman, se ríen, 
aunque todos los días todos,
son igual de agradecidos
o deberían de serlo.






Fechado en

Las fechas son solo tránsitos,
y los tránsitos son solo instantes aglutinados,
ordenados o no.

Algunos tránsitos llevan fecha,
otros decidieron perderla,
por el peso de la misma.

Hay tránsitos con acuse de recibo,
como la hora de entrada, la hora de salida,
las horas lectivas, las horas extras,
las horas no mencionadas,
las horas asumidas o las horas entregadas.

Porque hay fechas que solo son
sensaciones térmicas,
pero que acceden a la virtud del recuerdo,
sea este, frío o cálido.

Somos tránsito recolectores de fechas,
con o sin agenda,
donde mas que la exactitud de esa fecha,
nos dimensionará mas la redención pasional
a la entrega de la misma.



                  

Espejos


Los espejos nos miran inmóviles
pero tienen los labios mojados
 porque nos desean.

Aseguran que no nos vigilan,
 aseguran que no espían,
aseguran, que solo se rinden ante nosotros.

Los espejos tienen la misma ignorancia
 y la misma curiosidad,
 que quien inicia un camino.

Son voz, son oído, son olfato.

Transportan la certidumbre del reflejo,
 y de día o de noche
siempre contestan.

Son llanos como la meseta,
 y por eso no pueden llevar
una doble vida.

Los espejos son presente,
 por eso tienen la mirada limpia,
de tanto llorar.












Como ráfagas

La claridad también es un perfil,
y la oscuridad es una evidencia.

La gloria suele ser secreta
y el rumor semidesnudo.

Las conversaciones me irrumpen como ráfagas,
se agolpan sin resquicios,
en los cristales de la monotonía.
Y parece entonces que la planicie,
se difundiera sola,
y que se me olvidara medir distancias.

Los objetivos nos acechan, pero calman.

Los instantes, ¿De que están rodeados los instantes?

Los arcos y las aristas siempre se llevaron bien.

El horizonte, ¿Es un héroe o un mito?

Hay una línea imaginaria desequilibrada..
¿Desequilibrada para quién?


Por eso cuando la cumbre se besa con el viento,
solo podemos guardar silencio.




 

Abuhardillado

Estoy abuhardillado, pienso bastante
 y me acabo dando en la cabeza,
 por lo que no puedo pasear demasiado
 y éstos espíritus ya me lo han contado todo.


Pero si crees que tienes intención de claraboya
 por favor llámame.





Ríete tu
A mi edad hay cosas que me encanta
 seguir trabajando día a día, 
una es la serenidad y otra es la diferencia.


Porque el pasaporte hacia la libertad
 lo tiene la confianza y reírse de uno mismo
 solo para reírse de uno mismo.


Si no fuese así por las mañanas 
tiritaría de envidia hasta ponerme azul 
y luego lloraría sal.


Cuando alguien reside en el país de nunca jamás, 
nunca jamás vuelve a ser el mismo.



Paredes

Y si la pared dice que no los vio, es que no los vio.

La paredes nunca cierran los ojos
 por eso se les acusa de vigilantes.
Y es que claro las paredes oyen pero no dictaminan,
se limitan a ser paredes.


Las paredes se quedan con el amor de los hogares
por eso no se caen.
 

Incluso la mayoría después de los bombardeos, 
la gran mayoría, tienen ganas de ser levantadas, 
aunque para ello tengan que volver a ver
 y escuchar de nuevo continuamente.

Las paredes más tristes 
son siempre las de las oficinas, 
 esas por lo general siempre tienen frío. 
 Y las más alegres son las de las guarderías.

Las paredes suelen ser bastante estables,
 ellas opinan y seguramente van a tener razón, 
somos nosotros mismos 
quienes las construimos los inestables.
 

Solamente ceden para darle la razón
 al viento y al agua, y no discutir.

A veces las paredes ,
el típico grupo de cuatro amigas,
 le cogen especial cariño 
a las personas que se tiran días y años
 entretenidas con eso que llaman libros. 
Después se acaban convirtiendo,
 en una pequeña familia.

Hoy se han llevado detenido a unos chicos,
 que dicen pasaron por allí, por aquella zona.
 

No fue así, 
no saben escuchar a las paredes, 
ni a ellos mismos, 
ni a nadie.

Por allí no pasaron.
 


Y si la pared dice que no los vio, es que no los vio.




El miedo

El miedo busca los cuerpos

como el reflejo busca la arena,

no existe si no hay donde posarlo

no se arroja porque es cobarde.



Espera un golpe de viento

el que tu confianza deshace

sutil, tanto que no podrás acordarte.



El miedo es tan insaciable

que al amanecer lo vuelve frágil

comprando sueños estancados

enfriando la conversación y la cena.



Si le das la mano a su afán

no habrá columpio que te sonría

porque estarás jugando

con el hijo de la muerte.



Jugando

 
Se quiebra el adulto y cae golpeado por su angustia,

buscando un saliente donde asirse a la pasión.

Moldeado por algún modelo que nunca soñó,

donde perdió la vida.



¿ Porqué de que vale vivir si estás muerto?



El niño y la niña juegan a ser niños, 

y si nadie les pregunta seguirán jugando 

a la verdad de ser niños.



Algún adulto predijo el desastre y quedó,

como pudo, jugando a dos bandas.



Otros intuyeron la tragedia y se negaron a crecer.

Nada ni nadie les pudo moldear.



Antes o después encuentran
 un jardín de infancia para adultos 
y seguir jugando así
a la verdad de ser niños.






Apocalipsis







Cuando me asomo a la vida

temo que no haya nadie

y que nadie me escuche

cuando le grite a la calle.



Que llore sangre mi pecho

y mis rodillas se partan de rabia.

Que duerman mis vecinos

porque los calló la espada.



Que los fragmentos que se recuerden

sean de gigantes y de vergüenza,

del pópulo su prudencia

y la ira que lo gobierna.



Cuando me asomo a la vida

temo que no haya nadie

solo jinetes de luto
cabalgando las calles.






El hombre silencioso



El hombre silencioso habla a través de sus perfiles,


ellos le sacan de la fatiga en las fiestas mundanas. 
Cuando toma café, lo saborea mientras pasea


por el borde de la taza.


El hombre silencioso nunca, nunca contó las escaleras.
Suele abrir los libros y cerrar las ventanas. 
Su silencio a veces incomoda porque suele desvelar secretos. 
En sus rutinarias caminatas 
a veces encuentra un banco donde sentarse
 al lado de alguien con su mismo silencio. 

Admite sentir el tiempo dentro de su hablar quieto
 y confiesa, 
que al dormir conversa largar horascon algún elegido.


Guarda y entrega sus labios para la insistencia
de quien quiere conocer el brillo de su arcoíris.
Conocedor éste del hola y aprendiz del adiós.


El callado hombre unas noches atento escucha los grillos,
otras noches escucha el mar, 
dependiendo lo que halla que preguntar.


El hombre y su silencio, están fuera y están dentro. 
Se agita eficaz como redacta un cielo.





El Espanto



Rechinan los errores cuando no pueden dormir,
y cuando no pueden seguir se muerden las manos.


Se que cuando tiembla el pasado los rostros se mueven
y las lágrimas son trompetas al apretar los dientes.


Y que el espanto tiene la voz de la herida
donde la gente muere y se va sin despedidas,


Hay veces que soy un rincón
 y aún así el suelo me rehúye
pero yo confío, he de confiar 
y me hablo en voz baja como los cementerios.



Se me eriza el alma 
y se me quedan ciegos los versos,
porque por mas que sueñe el poeta
 también le crujen los huesos 
y se le agria la entraña.





Desecho


El desecho vuela libre, vuela alegre y sombrío.
No se esconde porque es llano y absoluto.

Es pluma que asciende, es melodía de lo extinto.
No se esconde solo reposa, 
el desecho ni siquiera late,
ni siquiera oscila. 

Se enfrenta a la paz del trabajo hecho.
Vive en descanso, vive nítido. 



Ya no existe la codicia por la puja, 
pasea sin tiempo,

agradeciendo al olvido,
 su hermosura.








Polluelos






Pálido como una abreviatura y solitario como una coma

 busco consuelo en el papel mientras me suenan las tripas.


He de ayunar información para tener la vista sana
y la piel inocente, aunque para media mañana


ya me habrán escupido sangre los párpados.


Por el que hacer del que dirán se buscan conceptos


donde solo hay valores muertos.


La verdad con pliegues es un sorbo de arena
en el pico de un polluelo, si la verdad no se estira


él no dejará de piar.


La brisa tapiza la tarde al tiempo que la sobreinformación 
alarga su sombra por los edificios hasta meterse por las ventanas. 



Mientras las personas se miran risueñas sin saber que hacer.









Traspapelado






A veces existen días en los que se traspapela el presente,
 pasa continuamente y cada hora.



Escurridizos e inmaleables se vuelven 
los presentes de Indicativo 
cuando te paras y les das tu tiempo 
a ver que es lo que indican. 



Justo entonces el rojo pasa a verde,
 el semáforo se abre y te conviertes 
en pasado perfecto, 
imperfecto, pluscuamperfecto.
Dando ya lo mismo ser regular o irregular, eres pasado.


Entregas todo tu tiempo verbal, corporal o espiritual
 a buscar, a sentir el presente y su indicativo.




Pero los condicionales se vuelven imperativos,

y los subjuntivos aprovechando su naturaleza de posibilidad 
se convierten en vaho.


Lo cierto es que en esos días,
 en los que se traspapela el presente 
también se desconjugan las semanas
y acabamos el mes siendo terceras personas.



Esto, ya no es lo que era.







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